8.7.09


Sabía cómo llegar hasta el sendero que corría junto a los acantilados,pero tuve que hallar el caminito que llevaba hasta el borde.Mientras lo seguía,fui buscando bifurcaciones y recodos,pues sabía que Jake tenía la intención de llevarme al saliente inferior,y no al más alto;pero el camino condicía hacia el extremo del acantilado sin ofrecer opción alguna.No tenía tiempo para buscar otra forma de bajar:la tormenta se movía cada vez más rápido.Al final,empecé a sentir el viento en la piel y la presión de las nubes más cerca del suelo.Cuando llegué al punto donde el sendero de tierra se abría hacia aquel precipicio de roca,las primeras gotas de agua salpicaron mi rostro.

No fue difícil convencerme a mí misma de que no tenía tiempo para buscar otro camino: quería saltar desde lo más alto.Ésa era la imagen que tenía grabada en la cabeza.Deseaba sentir que volaba en aquella prolongada caíada.

Sabía que era lo más estúpido e inseguro que había hecho en mi vida.La idea me hizo sonrer.El dolor empezó a remitir,como si mi cuerpo fuera consciente de que en cuestión de segundos escucharía la voz de Edward...

El agua sonaba muy lejos,incluso más que antes,cuando la oía desde el sendero que corría entre los árboles.Al pensan en la temperatira que podía tener el mar hice una mueca,pero no me iba a amilanar por eso.

El viento soplaba ahora con más fuerza y la lluvia me azotaba se arremolinaba a mi alrededor.

Me acerqué al borde,menteniendo la mirada fija en el espacio vacío que se abría delante de mí.Los dedos de mis pies tantearon a ciegas,acariciando la rugosa repisa de roca cuando la encontraron.Respiré hondo y aguanté el aire dentro de mi pecho,esperando.

Bella.

Sonrei y exhalé el aire.

¿Sí?No contesté en voz alta,por temos a que el sonido de mi voz rompiera aquella hermosa ilusión.Sonaba tan real,tan cercano.Sólo cuando desaprobaba mi conducta,como ahora,emergía el verdadero recuerdo de su voz,la textura aterciopelada y la entonación musical que la convertían en el más perfecto de los sonidos.

No lo hagas,me suplicó.

Querías que fuera humana,le recordé.Bueno,pues mirame.

Por favor.Hazlo por mi.

Es la única forma de que estés conmigo.

Por favor.Era solamente un susurro en la intensa lluvia que me revolvía el pelo y me empapaba la ropa;estaba tan mojada como si aquél fuera el segundo salto del día.

Me puse de puntillas.

¡No,bella!Ahora estaba furioso,y su furia era tan deliciosa...

Sonreí,levanté los brazos como si fuera a tirarme de cabeza alcé el rostro hacia la lluvia.Pero tenía demasiado arraigados los cursillos de natación en la piscina pública:la primera vez,salta con los pies delante.Me incliné,agachándome para tomar más impulso...

...y me tiré del acantilado.

Chillé mientras caía por el aire como un meteorito,pero era un grito de júbilo y no de miedo.El viento aponía resistencia,tratando en vano de combatir la inexorable gravedad,empujándome y volteándome en espirales como si fuera un cohete que se precipita contra el suelo.

¡Síííí!La palabra resonó en mi cabeza cuando atravesé como un cuchillo la superficie del agua.Estaba helada,aún más fría de lo que me había temido,pero eso únicamente acrecentó aquella sensación de subidón.

Mientras seguía bajando hacia las profundidades de aquellas aguas gélidas y negras,me sentí orgullosa de mí misma.No había sufrido ni un instante de terror;sólo pura adrenalina.En realidad,la caída no era tan escalofriante.¿Dónde estaba el desafío?

Fue en ese momento cuando me atrapó la corriente.

Me había preocupado tanto por la altura del acantilado y por el evidente peligro de aquella escarpada pared que no había pensado para nada en las oscuras aguas que me esperaban abajo.Ni siquiera había llegado a imaginar que la verdadera amenaza acechaba debajo de mí,tras la hirviente espuma.

Sentí cómo las olas se disputaban mi cuerpo,tirando de ék como si estuvieran decididas a partirlo en dos para compartir el botín.Sabía cuál era la forma de luchar contra la marea:Mejor nadar en paralelo a la playa en vez de esforzarme por llegar a la orilla,pero ese conocimiento no me servia de mucho,puesto que ignoraba dónde se encontraba la orilla.

Ni siquiera sabía dónde estaba la superficie.

Las aguas furiosas se veían negras en todas las direcciones,no había ninguna luz que me orientara hacia arriba.La gravedad era omnipotente cuando competía con el aire,pero no tenía ni una oportunidad contra las olas.Yo no sentía su tirón hacia abajo,ni notaba que mi cuerpo se hundiera en ninguna dirección.Únicamente experimentaba el embate de la corriente que me llevaba de un lado a otro como una muñeca de trapo.

Luché por guardar el aliento en mi interior,por ntener los labios sellados para no dejar escapar mi última provisión de oxígeno.

No me sorprendió que la ilusión de Edward estuviera allí.Reniendo en cuenta que me estaba muriendo,me lo debía.Lo que sí me sorprendió fue lo segura que estaba de que me iba a ahogar;de que ya me estaba ahogando.

¡Sigue nadando!,me apremió Edward dentro de mi cabeza.

El frío del agua me estaba entumenciendo piernas y brazos.Ya no notaba las bofetadas de la corriente.Ahora sentía más bien una especie de vértigo giraba indefensa dentro del mar.

Pero le hice caso.Me obligué a mí misma a seguir braceando y a patalear con más fuerza,aunque en cada instante me movía en una dirección diferente.No podía estar haciendo nada útil.¿Qué sentido tenía?

¡Lucha!,gritó Edward.¡Maldita sea,Bella,sigue luchando!

¿Por qué?

Ya no quería seguir peleando.Y no eran ni el mareo ni el frío ni el fallo de mis brazos debido al agotamiento muscular los que me hacían resignarme a quedarme donde estaba.No.Me sentía casi feliz de que todo estuviera a punto de acabar.Era una muerte mejor que las otra que habia enfrentadi,una muerte curiosamente apacible.

Pense brevemente en los tópicos,como el de que supuestamente uno ve desfilar su vida entera ante sus ojos.Yo tuve más suerte.Además,¿para qué queria una reposición?

Le estaba viendo a él,y no tenía ya voluntad de luchar.Su imagen era vívida,mucho más definida que en cualquier recuerdo.Mi subconciente había almacenado a Edward con todo detalle,sin fallo alguno,reservándolo para este momento final.Podía ver su rostro perfecto como si realmente estuviera allí;el matiz exacto de su piel gélida,la forma de sus labios,la línea de su mentón,el destello dorado en sus ojos encorelizados.Como era natural,le enfurecía que yo me rindiera.Tenía los dientes apretados y las aletas de la nariz dilatadas de rabia.

¡No!¡Bella,no!

Su voz sonaba más clara que nunca a pesar de que el agua helada me llenaba los oídos.Hice caso omiso de sus palabras y me concentré en el sonido de su voz.¿Por qué debía luchar si estaba tan feliz en aquel sitio?Aunque los pulmones me ardían por falta de aire y las piernas se me acalambraban en el agua gélida,estaba contenta.Ya había olvidado en qué consistía la auténtica felicidad.

Felicidad.Hacía que la experiencia de morir fuese más que soportable.

La corriente venció en ese momento y me lanzó violentamente contra algo duro,una roca invisible entre las tinieblas.La roca me golpeó en el pecho con dureza,como una barra de hierro,y el aire escapó de mis pulmones y salió por mi boca en una nube de burbujas platedas.El agua inundó mi garganta,me asfixiaba,me quemaba,mientras la barra de hierro parecía tirar de mí,apartándome de Edward hacía las oscuras profundidades,hacía el lecho oceánico.

Adiós.Te amo,fue mi último pensamiento.

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